WILLIAM GUEVARA QUIROZ - BREVE ENTREVISTA Teatro es un arte efímero y presente, y eso quiere decir q
¿Qué significa la creación colectiva?
Significa un antes y un después del teatro colombiano. Sin opacar u olvidar todo un historial teatral que vivió nuestro país antes de la década de los 60 y 70, el método de la creación colectiva en la construcción de obras de teatro, fue y sigue siendo un camino plural para las búsquedas creativas.
A partir de las diferentes experiencias, exploraciones y hallazgos de las agrupaciones colombianas Teatro La Candelaria y Teatro Experimental de Cali, la creación colectiva se convierte en uno de los principales logros del teatro colombiano. Es un método de creación en donde todo un equipo de artistas sobre el escenario, trabaja en la construcción de las diferentes líneas dramatúrgicas que convergen en un acto teatral. Gracias a sus resultados no solo ha trascendido fronteras sino tiempos, convirtiéndose a través de estas décadas en modelo para la experimentación y la creación.
Hoy en Bogotá, la producción teatral ha variado los diferentes caminos del proceso creativo, no solo por búsquedas personales debido al auge y apoyo de las dramaturgias de autor, sino también, a las mismas transformaciones del sector teatral. La creación colectiva es una de las diversas variantes que las agrupaciones enfrentan a la hora de crear, pero independiente de ello, y de los partidarios o detractores que tenga, es una de las grandes riquezas compartidas del teatro colombiano. Es un método que sirve de cimiento de algunas de las obras del teatro contemporáneo de nuestra ciudad y sin duda seguirá siendo no sólo referente sino camino creativo para nuestros teatristas.
¿Cuál es la importancia del impacto de la crisis (económica, política, institucional y de valores, en el actual panorama teatral?
Veámoslo desde dos puntos de vista, desde el aspecto creativo y desde la realidad a nivel de producción. Con respecto al primero, en cada etapa de la historia del teatro, el momento que viven sus creadores es fundamental en la construcción de un punto de vista, de una temática, de un lenguaje y una estética, y el arte teatral colombiano no es la excepción frente a sucesos de diferente orden que detonan en espectáculos teatrales. Los aspectos políticos y sociales definitivamente son los temas que acaparan el interés de los creadores. Las preocupaciones de nuestro país han disparado una realización teatral que gira alrededor del conflicto armado, un tema que atraviesa de forma directa la crisis de las diferentes instituciones que conciernen a una sociedad. La pareja, la familia, la amistad, los valores, la economía, en el contexto de nuestra guerra interna, hace de las suyas en las diferentes poéticas del teatro actual colombiano.
Mientras que la crisis de recursos para la producción, es un hecho evidente, que aunque preocupa, se enfrenta acogiéndose de algunas oportunidades que brindan las políticas públicas o autogestionando recursos. La innegable austeridad económica y el lento proceso de formación de público hacen mella. Es una tarea difícil, pero no es un impedimento para siempre tengamos nuevos espectáculos en nuestras salas.
¿Cómo nace Kiosko Teatral?
Nace del cruce de varias ideas que ya marchaban en diferentes rincones del mundo y que estaban diseñadas para acrecentar el público en las salas de teatro de sus respectivas ciudades.
Gracias a una beca de gestión cultural de nuestra ciudad, se me dio la oportunidad de crear un proyecto para la web, oportunidad que vi propicia para concretar una idea que nacía de reconocer otros logros como www.alternativateatral.com en Argentina, www.teatroteatro.it en Italia, www.broadway.com y Le Kiosque théâtre en París, que es un espacio físico para la venta con descuento de boletos para espectáculos. Bogotá, una ciudad en donde cada día hay más oferta teatral por la creación de obras, la conformación de agrupaciones y el nacimiento de salas, que los medios de comunicación tradicionales no alcanzan a cubrir, necesitaba una espacio dedicado a la divulgación y promoción de este movimiento emergente que ya había ganado lugar en la internet gracias a las redes sociales. De ahí que en el año 2011 se crea el primer boceto de un sitio web que buscada no solo acoger la cartelera teatral de la ciudad en busca de comenzar un proceso en la formación de público, si no ofrecer un amplio panorama del movimiento teatral bogotano. En octubre de 2012 viendo que era factible el poder continuar con el proyecto www.kioskoteatral.com, nos dimos a la tarea de consolidarlo y trabajar por su visibilidad que es la visibilidad del movimiento teatral de Bogotá. Hoy cuenta con el apoyo de las Gerencia de Arte Dramático del Instituto Distrital de las Artes, entidad adscrita a la Alcaldía Mayor de Bogotá.
¿Cómo creador de una revista especializada en teatro, cuáles son las principales barreras y riesgos más eminentes que el teatro de Colombia debe de enfrentar?
Definitivamente la cultura de asistencia a las salas de teatro. El arte dramático colombiano, sobre todo el bogotano, en los últimos años ha generado una gran cantidad de experiencias, de diverso orden y dirigido a diferentes públicos, pero llevar espectadores a las salas ha sido la gran tarea, el gran reto. La formación de público ha sido lenta y aún con fugaces resultados, razón por la cual las agrupaciones de teatro independiente -llamándole “independiente” a aquel que se hace sin ningún tipo de concesión externa que desvíe lo creativo-, no logra temporadas muy largas y su puesta en un escenario conlleva gastos muchas veces difíciles de asumir.
Y si hablamos de riesgos en este momento, posiblemente corre a cuenta de dar temáticamente unas miradas más complejas sobre el ser humano en otra dirección que no sólo sea la que genera el conflicto y el posconflicto de nuestro país.
Kiosko Teatral tiene una función artística y social. ¿Cuál?
Una de las motivaciones que impulso la creación de Kiosko Teatral es la de ver en otros la misma necesidad con la que yo contaba. Nos faltaban vehículos para visibilizar nuestro propio trabajo. Tengo una agrupación, Púrpura Creactivo, creada hace 17 años, para la cual escribo, dirijo y actúo, y este trabajo riguroso como el de muchos otros, no contaba con la suficiente presencia en los medios tradicionales de comunicación para promocionarse y llegarle a nuevos posibles espectadores. Más de 200 grupos de teatro profesional se mueven en diferentes puntos de nuestra ciudad, y sabía que este proyecto iba no solo a poner en alto el trabajo de muchos de nosotros, sino ubicarnos en una plataforma gratuita en donde sin ningún tipo de restricción temática o de lenguaje, cualquier agrupación de las artes escénicas tenía las puertas abiertas de esta revista, para que otros se interesaran por conocer sus obras.
En el sistema narrativo, […] el público es el interlocutor privilegiado, en la relación fijada ‘ojo-en-ojo’ entre los personajes en el escenario y se transfiere para el ‘ojo-en-ojo’ entre actor/narrador/personaje y público.
¿Qué le hace falta al teatro de colombiano?
El teatro colombiano ha experimentado diversos códigos para el encuentro con su público. Las indagaciones son constantes y fructíferas y eso es gracias no solo a la constancia y riesgo de nuestros artistas, sino también a la oportunidad que tenemos de enfrentarnos y reconocer periódicamente lo mejor del teatro del mundo en nuestras salas. Tenemos artistas cada vez más calificados pero también grandes vitrinas como el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, la programación internacional del Teatro Julio Mario Santo Domingo y el trabajo de Mapa Teatro con el evento Experimenta/sur, entre otras, que son acciones que refrescan y retroalimentan constantemente a los creadores para su búsqueda incesante de nuevos universos. Sin embargo estas aproximaciones con las que contamos y que detonan en proyectos increíbles, vuelven a la realidad por la ausencia de recursos y productoras de teatro que deseen tomar riesgos. Equilibramos la balanza con artistas, como lo decía, más preparados además de creativos, multifacéticos y altamente comprometidos y de esa manera hacemos el contrapeso a las carencias.
¿Cómo está o como ves el panorama teatral de latinoamericano?
El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá y la oportunidad de conocer algún material importante de la dramaturgia contemporánea de los países vecinos, me permite decir con algo de atrevimiento, que el teatro latinoamericano está cumpliendo su deber. El teatro refleja nuestro tiempo, nuestra mirada del mundo actual, nuestros miedos, temores, anhelos, y eso siento en cada una de las propuestas teatrales a las que me acerco y que dan cuenta de quien las escribe y de su relación con su entorno. Los autores y directores latinoamericanos están confiando más en ellos mismos llenando las carteleras de sus ciudades con obras locales. La presencia de obras europeas o estadounidenses cede espacios a las historias y miradas muy propias que atraviesan a sus creadores y a su público. A lo anterior le sumo la aparición de nuevas salas de teatro que van desde escenarios con equipos ultramodernos, hasta garajes, apartamentos, hangares, bodegas, que hace que esta ola del gran teatro latinoamericano cuente con una campana que está haciendo el llamado para que nos sentemos a atenderlo.
Estamos viviendo un momento interesante para la dramaturgia; algunas iniciativas como plataformas de dramaturgias, cooperativas de dramaturg@s y los intercambios internacionales de creación teatral, colocan la dramaturgia en una posición central dentro del teatro. Además del fenómeno Teatro de dramaturgos dentro de las compañías. ¿Es el teatro colaborativo un proceso creativo que busca una horizontalidad en las relaciones de los creadores de un espectáculo teatral, donde se “pretende” prescindir cualquier jerarquía pre-establecida y el espectáculo o la compañía se torna el protagonista?
Así lo creo y sobre todo en donde el eje y el interés tanto de artistas como público debería dirigirse hacia el espectáculo. Pero también entiendo que siendo el teatro una experiencia efímera, estamos necesitados de reconocer los elementos que el arte dramático deja como legado no perecedero y por ello nuestra atención a la dramaturgia y por lo tanto a los dramaturgos. Hoy para hablar de la historia del teatro, en principio hablamos de los poetas trágicos o dramaturgos clásicos o autores clásicos contemporáneos o nueva ola de dramaturgos, porque la historia no ha fijado su atención en resaltar al mismo nivel a actores o directores, escenógrafos, vestuaristas, así hayan hecho parte de un proceso colaborativo con sus dramaturgos en la creación teatral… un poco cruel con trabajos tan responsables, castigo del tiempo del que se salvan pocos.
¿Cuál es el peso del teatro de grupo o colaborativo, y su función para el teatro como acto libertario y vivo?
Fundamental para la creación de lenguajes y procesos de exploración artística. Los grupos o colectivos en donde se entabla una relación de sociedad de intereses teatrales conjuntos, son un caldo de cultivo ideal para las confrontaciones de puntos de vista en común. Este trabajo continuo incita a la profundización de los intereses del colectivo, que van convirtiéndose en su sello particular. Es la misma historia para los músicos o los pintores o novelistas, solo a través del tiempo se logra afianzar un estilo, crear un propio universo complejo, un lenguaje único. En el teatro este camino lo da el trabajo incesante en equipo, algo que no se puede lograr de la misma manera en las compañías, pues el capital humano varía según las necesidades de cada montaje.
¿Cómo ubicarías el teatro de grupo-colaborativo dentro del actual panorama teatral de Colombia?
Como una figura con esperanza. Nuestra historia teatral cercana ha sido escrita de la mano de agrupaciones teatrales y en la década pasada la aparición de compañías difuminó bastante estos procesos los cuales, como en el caso del Teatro La Candelaria, pueden llevar 50 años, obvio que con transformaciones, mutaciones y evoluciones. Este nuevo decenio vuelca su mirada a la necesidad de tener grupo, aliados constantes para que las ideas se vuelvan vida en el escenario.
¿Cómo ves el papel de las políticas de cultura en la dirección de consolidar un teatro de dramaturgos o de creación colectiva?
No hay un interés particular en alguna de las dos opciones que para ambos casos, considero están más comprometidos con una decisión del equipo creativo y no de intereses de política cultural. Las políticas culturales del país y del gobierno de nuestra capital están, y apoyo esa decisión, dirigidas a estimular la formación, producción y circulación teatral, independiente de como decidan los colectivos encaminar sus proyectos de creación. Sin embargo y también apoyo esa intensión, hay otros intereses sobre la dramaturgia, pero esto no está ligado con agrupaciones o compañías sino con autores y el reconocimiento de sus proyectos u obras.
¿Qué proyectos o iniciativas hay en Colombia que pudieran considerarse como una verdadera ventana de expresión libre de las obras y sus autores, desde los consagrados hasta las nuevas voces?
Como ventana podríamos determinar los premios del Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Bogotá. Las entidades públicas que trabajan por el arte dramático, cuentan con programas de estímulos económicos ofrecidos a través de convocatorias para la creación teatral, en donde unos jurados escogen los mejores proyectos para ser apoyados. En estos concursos se nos pone a todos los artistas, agrupaciones o colectivos en el mismo rango para participar y en otros casos, hay que cumplir algunos requisitos de tiempo de trabajo, años de conformación del grupo o cantidad de proyectos realizados. Por fortuna, ya que no son muchos premios, también contamos con festivales locales de gran importancia como el Festival de Teatro de Bogotá y la Fiesta de las Artes Escénicas de Medellín, entre otros, que son eventos diseñados para visibilizar el trabajo de los artistas de las ciudades en mención.
El término “postmoderno”, “Post” lo otro, ¿cómo definirías nuestro tiempo? (Claro, en un intento algo relativo de interpretación)
Upsss… complejo, pero lo definiría desde nuestras expresiones artísticas, como el tiempo de las mixturas en donde hasta lo que ya no es moderno puede volver a serlo y de ahí el kitsch, lo retro o el vintage. Es un tiempo en donde todo está invadido, infectado por de todo un poco, algo de todo con forma y lo que tiene forma con algo de todo.
¿La actual dramaturgia de alguna manera representa ese teatro pos-moderno?
Si, y es inevitable cuando es honesta, pues está hablando de este tiempo mixto, de estas lecturas y lenguajes complejos que conforman nuestra época y por lógica, queda impresa en todo lo que nace de ella.
La crisis del drama… ¿No crees que el discurso de la crisis del drama se haya perpetuado?
Creo que la crisis del drama está interpelada por la necesidad de ser explicada y el drama a lo que en el escenario se refiere, no necesita de explicación. Hay líneas, estructuras, que están vencidas, quebradas y que se renuevan siempre, y lo curioso es que esta renovación está llevando la mirada de nuevo a la búsqueda del drama en el escenario. Esta tal crisis, a los que les llegó, la considero una búsqueda personal de parte de quienes la gestaron, pero que logró hacer un alto y que resulta valioso para analizar el teatro del hoy.
¿Qué significa teatro vivo o Transhumano?
En Colombia ambos términos no nos son familiares. Desde hace algunos años gracias al trabajo de investigación y experiencias de la agrupación Mapa Teatro, se incorpora el término Artes vivas, para referirse a experiencias que de forma horizontal atraviesan diferentes áreas de las artes, generando en el espectador percepciones y sensaciones que no están ligadas necesariamente al drama. Y entiendo el Transhumanismo como el interés de mejorar las condiciones humanas a través de tecnologías para su propio desarrollo, o no. Desde este punto de vista el teatro Transhumano podría ser aquel que busca desde sus herramientas e indagaciones, cultivar y exaltar al ser humano.
¿Cómo se encaja en concepto de Transhumanidad en la dramaturgia o en la concepción del fenómeno teatral?
El teatro no habla de nadie diferente al ser humano y logra visualizarlo desde diferentes ángulos, inclusive cuando las obras de teatro están protagonizadas por plantas, piedras u objetos, que se vuelven importantes en el escenario por el hecho de ser “humanizados” para que se muevan gracias a su inteligencia, sus emociones y sensaciones. El interés de que el teatro sea un vehículo para el mejoramiento de nuestra raza, puede ser una búsqueda para algunos artistas como para otros no y cualquiera de estos caminos serán escritos desde esas decisiones.
Al proponer la partida imaginativa de las experiencias humanas, el teatro narrativo reclama algo más allá de la mera geometría estética. Propone y pide la restauración de la antigua unidad entre público y privado, entre el individuo y su comunidad, entre la fuerza progresista y de ruptura de la imaginación individual y la solidez del imaginario colectivo.
Se ha puesto de moda el teatro “psicológico”, existencialista y minimalista, y se ha criado una escuela. ¿Se están creando escritores de teatro encasillados? ¿Cómo crítico y formador de opinión… ¿El Kiosko Teatral trabaja por la pluralidad y diversidad que exige la dramaturgia?
Completamente. Trabajamos por ser un espacio que propone al público todo el abanico de posibilidades que nos es viable alcanzar, para que el mismo público que es tan diverso como lo que se le propone, amplíe su panorama, deguste un poco de otras ofertas y lenguajes y se permita encontrar sus propios placeres.
Con respecto a este tipo de teatro al cual te refieres, lo veo como un camino viable y una búsqueda personal, pero si resulta siendo una moda, ya no estaríamos hablando ni de dramaturgia ni de dramaturgos.
Alguien que transforma significativas experiencias humanas en material comunicable, alguien que conoce y respeta la tradición y, al mismo tiempo, está en sintonía con los movimientos de la ruptura, alguien que construye su arte a partir de una amalgama de la enseñanza más ancestral y de esa que soplan para el presente los vientos del futuro.
¿Cuál es tu opinión sobre la difusión de la dramaturgia Colombiana en los países Latinoamérica y Europa?
Kleber, creo que vamos lento, pero tenemos esperanzas. En Latinoamérica hay unos canales que colaboran en la tarea de la difusión de nuestra dramaturgia, casos específicos como la Editorial Paso de Gato, que publica textos de nuestros autores o como el Celcit que propone algunos de los dramaturgos colombianos entre su catálogo. Existen otros casos aislados en donde llega material específico de la escritura dramática de nuestro país a manos de investigadores o estudiosos. Con respecto a Europa estamos a un océano de distancia.
Sería importante para el reconocimiento de nuestras obras no solo refiriéndome a Colombia, sino a todos los países por lo pronto iberoamericanos, poder generar espacios tan provechosos como la plataforma DNI+D Dramaturgia Iberoamericana en red, de Teatre Dels Argonautes de España, y las nuevas experiencias que se avecinan como el Circuito Internacional de jóvenes dramaturgos y directores entre Colombia y Venezuela y el Ciclo Dramaturgia colombiana en París – Francia.
¿Conoces el teatro o la dramaturgia de Portugal o de los países latinoamericanos?
Uno de los grandes montajes clásicos del teatro colombiano está escrito por un portugués. La obra O marinheiro de Fernando Pessoa a cargo del Teatro Matacandelas de la ciudad de Medellín y dirigida por Cristóbal Peláez, es una obra estrenada en 1990 y aún sigue siendo uno de los aciertos por excelencia de esta importante agrupación. Lastimosamente fuera de esta joya no tengo referencia de la dramaturgia portuguesa. Con respecto a Latinoamérica, la relación es más cercana y reconozco el movimiento dramatúrgico y la perspectiva de algunos países vecinos como Perú, Argentina, Cuba y México.
El Teatre dels Argonautes tiene como filosofía de actuación el campo de las redes sociales, que es donde nace el proyecto DNI, que trabaja por la libre movilidad de la dramaturgia catalana e iberoamericana usando las redes sociales y Skipe. ¿Qué ventajas tiene actualmente la tecnología para el arte dramático?:
a. Difusión,
b. Contacto,
c. Intercambio Cultural Instantáneo,
d. Otros?
Confío plenamente en la tecnología como herramienta para estar hoy en cualquier parte del mundo, para encontrar otros lenguajes en la indagación teatral y como vehículo de difusión, de enlace y de intercambio óptimo, y doy fe de ello tomándome el permiso de hablar de algunas de mis experiencias: El nacimiento y funcionamiento en crecimiento del proyecto www.kioskoteatral.com, el proceso de una fase de creación del texto para teatro El silencio de las cosas rotas para un montaje en Bogotá con otros cuatro autores más, estando yo en París, y el proyecto Shakespeare Urbano del colectivo que lidero, Púrpura Creactivo, en donde escogimos 12 momentos de 12 obras de William Shakespeare y grabamos monólogos de 3 minutos en Toronto, Buenos Aires, París, Orlando, Chicago y Bogotá, y momentos logrados en San José de Puerto Rico, Milán, Sao Paulo, entre otros, para subir a nuestro canal en Youtube, lanzando un capitulo semanal por tres meses. A lo anterior le sumamos que en 2015 nos aventuramos en Kiosko Teatral a realizar la dinámica Chatentrevista, para acercarnos de una manera más inmediata y práctica a nuestros artistas y chatear con ellos por los nuevos medios.
¿Me puedes hacer una reflexión sobre la nueva dramaturgia dentro del actual panorama teatral Colombiano y latinoamericano?
Abusando del aval que me das al solicitarme esta reflexión, deseo aprovechar este espacio para confesar que me corren algunos miedos generados por el movimiento dramatúrgico de hoy que se expande sin medida, por ello elevo la siguiente plegaria sin antes agradecer este cruce de ideas contigo Kleber, tus amigos, colegas y tu público:
Ruego al cielo que la nueva dramaturgia no sea una moda, que no sea un movimiento snob. Ruego al cielo que la nueva dramaturgia no crezca como hierba de pradera sino como bosque de fuertes robles. Ruego al cielo que la nueva dramaturgia no sólo exalte los logros y la belleza de la juventud olvidando la virtud de la madurez y la sabiduría de la experiencia. Ruego al cielo que los que comienzan a escribir para teatro no se crean dramaturgos, pues será un título que solo el tiempo y el público les otorgará. Ruego al cielo que la nueva dramaturgia no sea nueva porque se escribe hoy, sino porque renueva miradas y está comprometida con el presente, así hable del pasado o el futuro. Ruego al cielo que la nueva dramaturgia no se escriba con el deseo de ser publicada sino con la esperanza de ser llevada al escenario. Ruego al cielo que la nueva dramaturgia se vuelva teatro una y otra vez, pues aún no lo es.